La riqueza de la Nueva Economía se basa en modelos abiertos y colaborativos en los que conviven ideas clásicas (como la importancia de la persona y sus valores) y de futuro (como la tecnología y el envejecimiento). Paradójicamente, en un contexto de libre circulación de capitales, salvo que sean filantrópicos. Por eso no es un tema que estuvo entre los contenidos de NESI Forum, el Foro de Nueva Economía e Innovación Social que se puso de largo recientemente en Málaga.
“Ya no estamos organizados solo a través de los tradicionales sector público, empresarial y tercer sector. Emerge una nueva ciudadanía que sitúa a la persona en el centro y prioriza el bien común, tomando las riendas de una parte de la sociedad tanto a nivel de proximidad como global, y poniendo de manifiesto una vanguardia que siempre ha tenido la iniciativa personal y comunitaria”, manifestó Francisco Abad, fundador de Empresa&Sociedad, una fundación española que trabaja aportando una visión innovadora externa a empresas en España.
Este es el origen de iniciativas como StreetFootballWorld, basada en el poder de transformación y la pasión positiva que genera el fútbol en cualquier entorno social. Impulsada por Jürgen Griesbeck, “une en torno al juego del balón a 125 organizaciones de 80 países para mejorar la vida de 2 millones de niños y jóvenes gracias a valores como el trabajo en equipo, la diversidad, el esfuerzo o la deportividad, y a cómo se viven en cada comunidad. Por ejemplo, en distintos países de África, se vincula la titularidad a hacer trabajos para la comunidad, a la prevención del sida o a la convivencia entre comunidades enfrentadas. Por ejemplo, su reglamento en Colombia promueve equipos mixtos en los que el primer gol lo tiene que marcar una mujer”. Con este tipo de ingredientes, StreetFootballWorld está llamada a convertirse en una de las iniciativas sociales de referencia mundial en cuanto acabe de completar el apoyo de una selección mundial de jugadores internacionales que la abanderen. Una selección, porque no todos los grandes futbolistas simbolizan estos valores aunque todos podrían aportar recursos. Aún más si se facilita que de verdad exista una filantropía sin fronteras, que es un apoyo menos emocional pero no menos importante.
“Hay más libertad en el movimiento internacional de personas y capitales que en el de donaciones filantrópicas. Los gobiernos favorecen casi exclusivamente las donaciones destinadas a entidades de su propio país y los asesores profesionales transmiten que hay grandes dificultades para las donaciones transfronterizas porque les interesa transmitir complejidad” subrayó Abad. Pero existen fórmulas sencillas de colaboración privada con grandes proyectos internacionales, aunque sean de países diferentes al del donante. Fórmulas que hay que divulgar para facilitar la financiación privada de proyectos de interés general, que es clave para enriquecer su autonomía e independencia. Entre ellas, la que propone Transnational Giving Europe (TGE), como explica su Presidente José González Galicia. “Se trata de una red de fundaciones de distintos países, representada en España por la Fundación Empresa&Sociedad, que facilita que el donante aproveche la fiscalidad de su país de residencia cuando el beneficiario de la donación es de otro país, como podría ser el caso de StreetFootballWorld en el momento en que se disparen sus donantes en todo el mundo”. La red canalizó 6,3 millones de euros de donaciones para 334 entidades, procedentes de 366 empresas y de 4.718 ciudadanos en 2016. “Este último número es el que más crece, gracias a que los ciudadanos vamos tomando conciencia de que tenemos que asumir el protagonismo también para financiar proyectos transformadores de la sociedad, sobre todo los que implican un cierto cambio en el sistema de siempre. El año pasado TGE canalizó recursos hacia proyectos educativos (41% del total de sus donaciones), de asistencia social (29%), cultura (14%) y salud (11%)”.
“El mayor protagonismo ciudadano requiere una nueva organización, que necesita fórmulas de autofinanciación. Fórmulas que todavía no contemplan las instituciones porque suponen un cambio importante frente al proteccionismo tradicional y al poder que concede la intermediación pública”, indicó Abad. “En Europa, donde hay libre circulación de casi todo, es paradójico que un donante de un país a una entidad de utilidad pública de otro no se pueda acoger a la normativa fiscal de su país de origen. En TGE trabajamos para que cambie, en beneficio de todos”, concluyó González Galicia.
Más información
Sobre filantropía sin fronteras
Procedimiento para donaciones internacionales en las que participe España
TGE 2017 Annual Report
Sobre NESI Forum (www.neweconomyforum.org )
¿QUIERES ESTAR AL DÍA?
Conoce lo último en actividad y tendencias sobre
Ecosistema B2B, soluciones digitales disruptivas
Filantropía internacional | Longevidad