“Todavía le falta mucho a la inteligencia artificial para llegar a sistematizar la imprevisibilidad humana”. Lo tiene muy claro Fernando Pavón, CEO de Gamco, “Soluciones software basadas en modelos predictivos, obtenidos a partir de la AI y el Aprendizaje Automático”.
Fernando es especialista en Aprendizaje Automático e Inteligencia Artificial. Ingeniero en Informática por la Universidad de Sevilla, MBA en EAE Business School y Doctor en informática por la UNED. Vive en torno combina conceptos, metodologías y aplicaciones como Big-Data, Minería de Datos, Inteligencia Artificial, Aprendizaje Automático, Lingüística Computacional, Robótica, el Procesamiento del Lenguaje Natural, Machine Learning, Deep Learning, Redes Neuronales… Ha trabajado empresas como Ericsson o Telefónica I+D y ha colaborado y dirigido proyectos en el ámbito de las telecomunicaciones, domótica, energía eléctrica, industrial y financiero.
Aunque parece que la Inteligencia Artificial acaba de ver la luz, el concepto ya surgió a mediados del siglo XX. Uno de los precursores fue Alan Turing, popularmente conocido porque trabajó en descifrar los códigos nazis de Enigma durante la segunda guerra mundial.
¿Llegarán a pensar las máquinas como un ser humano? Soy bastante escéptico, sobre todo si se plantea en abierto. Hay que combinar muy bien un montón de factores racionales y emocionales, lingüísticos, transversales… Y acotar con precisión el ámbito de cada decisión, sus variables, sus opciones, sus iteraciones. Pero si entrenamos bien a una máquina para un cierto tipo de problemas, seguro que acertará más que muchos humanos. Por ejemplo en el campo de la política, con decisiones que optimicen el bien común.
La inteligencia artificial no es un arte, sino una ciencia.
Si no te emocionas con un reto racional, nunca serás capaz de resolverlo. También hay que estudiar, con perspectiva global, universal y de disciplinas de conexiones aparentemente improbables. Y escuchar más que hablar. El camino siempre reformula el objetivo. Intento ayudar, pero me ayudan mucho. También es bonito dejarse ayudar. Tengo la sensación de que recibo mucho más de lo que doy. Con valores como la lealtad y la fidelidad a unos principios éticos.
Creamos soluciones software basadas en modelos predictivos, obtenidos a partir de la Inteligencia Artificial y el Aprendizaje Automático, y enfocados medir los resultados conseguidos.
La tecnología de GAMCO permite el despliegue rápido de Sistemas de Conocimiento, entrenados para cada negocio, para la resolución y optimización de las operaciones y decisiones. Por ejemplo, para la optimización comercial y la predicción del abandono de clientes; para identificar, acotar y gestionar riesgos; o para detectar comportamientos fraudulentos.
Nos diferenciamos principalmente porque tenemos un conocimiento real, ya con productos en el mercado. Pero son productos flexibles, para adaptarlos a cada cliente. En segundo lugar, por nuestro tiempo de ejecución, que es corto. Podemos desplegar nuestras soluciones en menos de tres meses. En tercero, por nuestra obsesión por medir el impacto y, por tanto, el retorno de las inversiones de los clientes en nuestras soluciones. Desde otro ángulo, se puede decir que nuestro coste es muy ajustado en relación con el efecto que generamos. Y, finalmente, porque nos integramos en los sistemas de clientes sin que tenga que cambiar nada para trabajar con nosotros.
Ya hay grandes bases de datos que comparten nuestros perfiles para que recibamos los servicios a medida que más se adaptan a nosotros. Requieren un equilibrio preciso entre la confidencialidad de los datos y la personalización de los productos y servicios. Para construir una base ética es necesaria una transparencia total: que cada uno sepamos quién tiene nuestra información y cómo y para qué la está utilizando.
Pero no estamos perdidos. La inteligencia artificial permite anonimizar y encriptar la información de manera absoluta ante el sistema, y aplicar unos algoritmos que protejan al máximo la privacidad de cada persona de forma que solo la puedan utilizar los usuarios elegidos.
Todavía nos falta mucho para llegar a la singularidad, el momento en que las máquinas decidirán como lo hacemos los humanos. Las máquinas ya pueden resolver problemas, pero en entornos muy estructurados y acotados. Por suerte, no es fácil sistematizar la imprevisibilidad humana.
Igual todo esto gana escuchado en el programa GENIOR de nuestro canal de PODCAST.
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