¿Son capaces las instituciones de diseñar un futuro ilusionante? Hay mundos, como el de las pensiones, la educación o la innovación que responden claramente a la pregunta. Por ejemplo, apenas incluyen iniciativas, ni inspiradoras ni prácticas, con un horizonte mayor de una legislatura. Una ridiculez, dado lo que nos estamos jugando y la mota de polvo que somos en el futuro de la humanidad.
Por ejemplo, es conocida la reciente iniciativa política, en la que han participado CERMI y Naciones Unidas, para que todos los niños sin distinción se eduquen en escuelas ordinarias. Incluidos los que tienen necesidades especiales por su discapacidad grave. Los directamente afectados proponen una solución menos simplista y más elaborada, porque la educación inclusiva es otra cosa.
Las personas siempre hemos sido los generadores de los grandes los cambios de la sociedad. ¿Se nos tiene hoy suficientemente en cuenta? Igual es que no lo somos tanto como antes.
Una de las líneas de trabajo de Empresa&Sociedad ha sido siempre partir de las personas. Así empezamos a agitar la ola en 1995 de lo que hoy se denomina R”S”C, responsabilidad corporativa, sostenibilidad o como indiquen los cánones de la desarrollada industria consultora y comunicadora que ha generado. Empezamos por las personas, pasamos a las organizaciones sociales y a las empresas, y acabamos ofreciéndole a las instituciones que asumieran su parte, al menos presidiendo eventos e incorporando ideas nuevas a sus discursos. Un proceso de aceleración que no pretendemos evaluar aquí (algo hemos escrito sobre el tema), pero sí de subrayar su génesis.
Por eso nos ilusiona tanto el proyecto #genior, con el que aspiramos a “acelerar el cambio cultural hacia una vida en la que convivan híbridamente las fases ahora secuenciales de formación, trabajo y jubilación, a medida de cada uno, para un mejor futuro individual y como sociedad”. Estamos dando los primeros pasos basándonos precisamente en personas #genior, “personas proactivas independientemente de su edad, preparadas siempre para trabajar por cuenta propia pero sobre todo en la última parte de su vida laboral”. Forman parte de una especie de generación longitudinal, no transversal por edad, con el gen de la curiosidad activa. Tras recoger ideas y propuestas, las articularemos y finalmente propondremos los cambios necesarios en distintas instancias para que sea más fácil vivir la vida que nos gustaría vivir durante un número por ahora creciente de años.
Estas han sido las ideas que hemos compartido en el I Programa de Liderazgo Iberoamericano en España, invitados por la Fundación Pablo VI que lo ha puesto en marcha. Durante veinte días, quince líderes emergentes de seis países de América Latina (México, Colombia, Perú, Chile, Ecuador y Argentina) participan en un ambicioso programa formativo en colaboración con otras instituciones públicas y privadas. Proceden del mundo de la política, la economía, el derecho, el desarrollo social, la cooperación, la cultura y la comunicación, y han sido seleccionados por su liderazgo e interés por ampliar sus conocimientos y capacidades, así como por su potencial de impacto social.
La Fundación Pablo VI ha puesto en marcha este programa con el doble objetivo de trabajar por la formación en el liderazgo profesional y humano y crear lazos de encuentro entre España y Latinoamérica. Nuestra aportación a través de un coloquio titulado “Diseñar el futuro en clave de innovación abierta y colaborativa” se ha concentrado en subrayar que los lazos serán más fuertes si se acompañan las relaciones institucionales con las personales, si los grandes retos se afrontan teniéndonos en cuenta a todos. Sobre todo a los cada vez más miembros de la generación #genior, caracterizada a la vez por su curiosidad y su proactividad.
Sobre el I Programa de Liderazgo Iberoamericano en España
Una vida más larga, uno de los tres ejes de Empresa&Sociedad