Un acto académico directo a las bases de la Innovación Tecnológica Empresarial
He tenido la suerte de asistir a la ceremonia de graduación de mi hija pequeña en Medicina. Como padre orgulloso, claro, que es un privilegio al que no le hago todo el caso que me gustaría. Una de tantas asignaturas pendientes en una vida privilegiada con varios frentes vocacionales, en los que siempre tengo la sensación de estar a medias. Y que tienen una serie de ideas de fondo comunes que los retroalimentan a todos. Por eso se han reavivado algunos pálpitos de siempre, latentes y durmientes en el frenético día a día en el que creo que pocos nos reconocemos.
Por enfocarme en el ámbito profesional, que el personal es más reservado, mi experiencia ha sido muy diferente a los habituales Summits de Innovación y Emprendimiento que proliferan. Pero muy complementaria y con una razón de ser que tiene mucho que ver con la genética y la génesis de la Fundación Empresa y Sociedad allá por 1995. Así que os comparto ideas y emociones, más allá de las ideas y emociones por cercanía familiar y personal.
Para contextualizar, mi día a día profesional oscila entre el impulso a la creación de un nuevo tejido empresarial, joven y digital, la reinvención continua en una sociedad más longeva y la filantropía internacional, de apoyo a los grandes proyectos globales.
La ceremonia de graduación fue humana y emotiva, en contraste con estos momentos de violento discurso público,
Se celebró el compromiso, la vocación y el verdadero espíritu del servicio a los demás. No se habló de política ni de diferencias.
Los discursos fueron un recordatorio del noble propósito que guía a los profesionales de la salud y de la importancia de formar no solo mentes brillantes, sino también grandes corazones.
Todo empezó con un mensaje poderoso: "Cura más una sonrisa o una mano tendida que un fármaco".
Autoexplicativo. La Medicina no solo requiere empatía y contacto humano, sino un cuidado y un servicio a lo más humano de las personas que es la esencia de la profesión. En un mundo donde la tecnología y los avances científicos dominan, el simple acto de consolar y acompañar a un paciente puede tener un impacto profundo y duradero.
"En unos años no os valdrán nada los conocimientos actuales. Mimad vuestra formación".
Seguro que a los de mi edad nos resuena la anacrónica perorata de que “si estudias Medicina tendrás que estar estudiando siempre”. Una idea sabia que no solo aplica a la naturaleza dinámica de la Medicina, sino que se ha generalizado para todos los campos del conocimiento e incluso de las habilidades, acelerada gracias a una sociedad más longeva que nunca.
En el caso de la Medicina, los avances científicos y tecnológicos cambian constantemente el panorama médico. Por eso es esencial que los profesionales de la salud se comprometan activamente con un aprendizaje continuo. Esta dedicación no solo mejora la calidad de su cuidado, sino que también asegura que siempre estén en vanguardia de las mejores prácticas y tratamientos. ¿Sólo en Medicina?
"Pelear, que nadie peleará por vosotros", "Aprender de los fracasos" son frases que también resonaron con fuerza. Estas palabras recuerdan a los graduados que deben ser persistentes y resilientes. Y también a los emprendedores, a los soñadores y a todas las personas en general.
La Medicina es una profesión de constante desafío, y solo aquellos que se atreven a enfrentar los obstáculos y aprender de sus errores pueden alcanzar la excelencia.
Junto con “Esculpir vuestro propio cerebro y corazón", son una invitación a los nuevos profesionales a moldear no solo su conocimiento, sino también sus habilidades, su carácter y su humanidad. No solo a ellos.
"Medicina no es un grado. Es una profesión vocacional. De servicio a los demás".
Esta frase encapsula la esencia de lo que significa ser un profesional de la salud.
Más allá de los conocimientos y habilidades técnicas, la Medicina es una vocación que exige dedicación, sacrificio y un profundo deseo de ayudar a los demás.
En un mundo cada vez más individualista, los médicos están llamados a ser unos faros especiales de altruismo y humanidad.
También es una idea cada vez más universal. Claramente para profesionales de la educación, de la cooperación y la acción social, de la política, de la administración pública, de la empresa, trabajadores autónomos incluidos, del emprendimiento...
Durante la ceremonia, se subrayaron los principales compromisos que guiarán a estos nuevos profesionales a lo largo de sus carreras:
"Vive. No esperes más. Como si supieras la fecha de tu muerte y tuvieras que aprovechar minuto a minuto todo lo que te queda".
Toda una invitación a la acción, a vivir cada día con intensidad y propósito. En la Medicina, cada día presenta la oportunidad de hacer una diferencia significativa en la vida de los pacientes.
Por otro lado, "No hay nada más excitante que soñar y vivir anticipadamente lo que hayas decidido hacer", resalta los flashes de emoción y satisfacción cotidianas que genera el hecho de plantear un camino con sentido gracias a un propósito como el de la dedicación a la vida y al servicio a las personas.
El evento concluyó con un reconocimiento a la vocación y al esfuerzo de los graduados.
"Estamos orgullosos de vosotros" y "Vais a ser felices" fueron las palabras que sellaron la ceremonia por parte de sus profesores, llenando de esperanza y orgullo a los presentes, profesores, alumnos para siempre, familiares y amigos que pudimos vivir una experiencia diferente por un día.
Los nuevos profesionales no solo han pasado unos años adquiriendo conocimientos, sino que han desarrollado un profundo sentido de responsabilidad y compromiso con la sociedad.
Finalmente, alumnos y profesores compartieron el Juramento Hipocrático, que daría para una enciclopedia de las de antes. O de las del futuro, si lo asumieran también otras disciplinas.
La graduación de los alumnos de Medicina de la Universidad Rey Juan Carlos fue un evento emotivo y inspirador para todos que celebró el verdadero espíritu de la profesión: un compromiso inquebrantable con el servicio a los demás, guiado por la vocación y el deseo de hacer el bien, especialmente a los que más lo necesitan, que somos todos. Estar a un lado o a otro de la raya es cuestión de tiempo.
Por cierto, se habló de las personas. De la base de todo. No de las tecnologías médicas que serán cruciales para el futuro, como inteligencia artificial en medicina, genómica personalizada y medicina de precisión, telemedicina, sensores de salud e internet de las cosas saludables o impresión 3D y biosensores. Seguro que fue una omisión consciente: hay muchos otros foros que hablan de todo ello.
En estos días posteriores al evento me ha resultado especialmente útil leer y releer el texto anterior pensando en paralelo en su aplicación a mi día a día personal y al de la Fundación Empresa y Sociedad.
En la Fundación:
Todo ello deja pequeños los valores que explicitamos en la web:
Los iremos realimentando, gracias a experiencias como la que he tenido la suerte de vivir.
https://www.empresaysociedad.org/fundacion/
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