La banca ha sido vanguardista en romper la barrera de las prejubilaciones, que ha batido récord situándose ya en los 50 años. Este es uno de los cambios icónicos de 2020, que revolucionará la vida laboral en cuanto se extienda a otros sectores. La opinión pública apenas es consciente de la magnitud de la noticia de esta semana como símbolo del futuro del trabajo, que ya empieza a estar aquí.
Ya era previsible que trabajar en una empresa grande con más de 50 años enseguida sería excepcional. Previsible para dentro de un tiempo. O no. Si este año ha habido una aceleración en muchas formas de vivir y de trabajar, la lectura a posteriori es que esta previsión era lógica. Porque es más fácil interpretar que predecir.
La banca sigue estando en vanguardia de muchos cambios. Principalmente reinventando día a día unos servicios con los que ya le adelantan las fintechs de referencia. Pero la noticia publicada el 4 de diciembre es mucho más simbólica de lo que parece: Santander ofrece prejubilar… a los ¡50 años! Un cambio que revolucionará la vida laboral en cuanto se extienda a otros sectores en los que predominan los trabajadores «de cuello blanco», relacionados con el conocimiento, que son los que están en vanguardia de este tipo de cambios.
Es momento de acelerar en la reinvención no solo del futuro del trabajo (más macroeconómico) sino del trabajo en el futuro (el de cada uno de nosotros).
Ambos generarán un cambio en contenidos y en formas de trabajar. Sobre lo primero se escribe mucho, sobre todo porque van a desaparecer trabajos basados en tareas repetitivas que van a hacer las nuevas máquinas de toda la vida. Sobre lo segundo, no tanto. Por eso vale la pena ir lanzando algunas ideas para empezar a debatirlas.
Aunque no es una idea nueva, toca volver a subrayar ya se ha acabado la secuencia de formación, trabajo y jubilación. Redondeando, durante 25, 25 y 50 años, respectivamente. Son tres fases hasta hace poco longitudinales y estancas. Ahora tienden a combinarse híbrida y osmóticamente en contenidos y tiempos. Por ejemplo, no tienen sentido paradojas como la de trabajar 25 años con los aprendido 25 años antes. Ni vivir 50 años de lo que nos queda y lo que «hemos aportado» tras haber trabajado 25.
Esa misma secuencia se puede ver desde formarme, crear y compartir. A futuro se combinarán como en una cocktelera, en clave de futuro y reinvención acelerada. Basadas en la curiosidad y la proactividad, los dos ingredientes clave del concepto GENIOR.
Posiblemente la etapa de trabajo crecerá aguas abajo para que la formación sea más práctica. Pero donde se producirá un cambio mayor será aguas arriba. La vida laboral posiblemente se dividirá en dos fases. Una primera en la que predominará el trabajo por cuenta ajena de toda la vida, que realmente será de preparación para una segunda en la que tenderemos a un trabajo creativo de verdad como emprendedores o freelances. Esta segunda fase permitirá poner de manifiesto el reivindicado talento senior, en tanto que sea o no la base para pasar a trabajar por cuenta propia.
Esta división no es tan rara. Es simplemente una adaptación de lo que ya opera en el mundo de los altos cargos de grandes empresas y de los socios de las firmas de servicios profesionales, que en algún momento dejan el día a día para trabajar como Consejeros o por proyectos, para emprender o para invertir.
También surgirá una nueva variante, que se podría llamar emprendedor o freelance social. Porque además tendremos la oportunidad de trabajar para la sociedad en cualquiera de las infinitas opciones de interés general. Desde los servicios sociales a los culturales, artísticos o educativos, en ONGs o en pymes. Y con una remuneración principalmente pública, a través de una evolución de lo que hoy llamamos renta básica universal, vinculada al valor creado por nuestro compromiso social y financiada sobre todo con impuestos de las cada vez menos empresas más grandes. Un especie de pensión, pero vinculada a ciertos servicios ciudadanos.
La actividad freelance está especialmente desarrollada en el mundo anglosajón. Según la nueva Encuesta Freelancing in America de la plataforma Upwork y la Unión de Freelancers, Estados Unidos cuenta con 57 millones de trabajadores freelance. Representan el 35% de su fuerza laboral y se encuentran en fuerte crecimiento: Un 28% lo son a tiempo completo, cuando eran un 17% en 2014. En Europa también están creciendo, sobre todo en el Alemania, Francia y España. Así lo refleja el Panoranama freelance en Europa 2021 publicado conjuntamente por Malt y BCG.
Para todo ello las grandes empresas convertirán en prioridad absoluta el hecho de ayudarnos en nuestra formación, para esa segunda fase que se irá abriendo hueco. Es lo que ya le pedimos a las empresas y lo sus directivos de RRHH empiezan a considerar clave: un aprendizaje que tenga en cuenta los retos de la transformación digital, con perspectiva de potenciar el intraemprendimiento y las nuevas formas de trabajar, sobre todo por proyectos y en equipos diversos de alto potencial. Si lo pedimos nosotros y lo ven las empresas, ha llegado el momento de impulsarlo con decisión por ambas partes. Ya hay respuestas y soluciones en el mundo emprendedor, sobre todo en el dedicado a la formación en clave de futuro.