El Proyecto de Ley de fomento del ecosistema de las empresas emergentes (Ley de Startups), del 27 de septiembre de 2021, es una oportunidad perdida para las scaleupsB2B. Aunque por número de empresas creadas e inversión se sitúan entre el 40 y el 50% del mercado en los últimos años, siempre por debajo de la B2C, tienen mucho menos protagonismo en medios porque sus historias son mucho menos espectaculares.
Es una pena que a los políticos y a los técnicos que han diseñado la flamante ley, que tanto aplaude una parte del sistema, se les haya olvidado incluir sus prioridades de siempre.
La primera es el desarrollo de negocio y la creación de valor a medio plazo, no transformarse rápido en unicornios. Es más crear una empresa innovadora digital que hacerla crecer aceleradamente y venderla. Ni mejor ni peor. Diferente. Por eso también se debería haber escuchado su voz.
La Ley de Startups podría haber ayudado mucho a la sociedad facilitando más los procesos de compra innovadora por parte de empresas y Administraciones Públicas, que apenas esboza en su título 5. Habría hecho partícipes del emprendimiento a todo el mundo empresarial y al de las Administraciones Públicas, no solo a un nicho de especialistas. Hay muchas formas de hacerlo y políticas que desarrollar. Pero parece que la nueva ley se ha concentrado en facilitar la inversión y la fiscalidad a inversores especializados sobre todo en el mundo B2C.
Seguro que habrá actualizaciones a esta ley, que nace limitada aunque esta legislatura presume de ser ‘la más inclusiva’ de la historia del mundo mundial. Por cierto, sin tampoco prestar apenas atención a los llamados emprendedores sociales o al microemprendimiento. Pero parece que la creación de empleo no es el fuerte de esta ley. Y todavía menos el empleo de personas vulnerables.
Unas actualizaciones que esperamos en el Ecosistema B2B by Empresa&Sociedad. Sería un gran avance económico, político y social.