La filantropía internacional convive con la de proximidad en los principales países del mundo. Si bien la filantropía empieza por el entorno de cada uno y sus circunstancias, también tiene sentido que tenga una dimensión global.
La reflexión sobre filantropía internacional se puede enfocar desde el liderazgo y el talento. Por ejemplo, para ilustrar la situación actual y las perspectivas en España en relación con los principales países del mundo.
El camino podría empezar por pensar en los sistemas educativos internacionales con más potencial para generar personas y ciudadanos que mejoren el futuro de la humanidad. Sobre esto hay algunos datos que dan para interpretaciones poliédricas.
Los líderes globales no nacen por casualidad. Los grandes países invierten especialmente en la formación de los mejores y crean fábricas de talentos de las que han surgido cambios para el mundo a gran escala. Así es en los países de referencia en estos momentos de la historia de la humanidad.
Veamos algunos casos.
Francia cuenta con la Conferencia de las Grandes Escuelas, centros de educación superior especializada a los que se accede no por dinero sino por una selección muy estricta de los más capaces. Una es el Instituto de Estudios Políticos de París. Por él han pasado 6 los últimos 8 Presidentes de la República y 19 Primeros Ministros, tanto de la derecha como de la izquierda, entre otros grandes diplomáticos o directivos empresariales.
El Reino Unido tiene dos enormes fábricas de talento.
De Oxford han salido 29 Premios Nobel, 47 Primeros Ministros y decenas de jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo.
Cambridge ha producido 120 Premios Nobel y 15 Primeros Ministros, además de establecer la pauta mundial en la enseñanza de la lengua inglesa.
Ambas tienen más de 800 años de historia. Se ingresa por rigurosa selección de méritos académicos y la mitad de sus alumnos viene de escuela públicas.
Estados Unidos tiene la que se puede considerar la mejor Universidad del mundo: Harvard. 160 Premios Nobel, 50 Premios Pulitzer, 8 Presidentes de los Estados Unidos, 30 jefes de Estado extranjeros, 10 Oscars de cine y 108 medallistas olímpicos.
El 60% de sus estudiantes están becados. Su programa de becas para este año supera los 500 millones de dólares y uno de cada cuatro alumnos es extranjero.
Además, Princeton, Yale, Berkeley o el MIT, que ha producido 80 Premios Nobel y es el mejor centro de enseñanza científica y tecnológica del mundo.
También juegan un papel destacado los grandes mecenas y filántropos, de los que se puede decir que son élites que crean élites.
La figura más histórica más clásica es Lorenzo de Médici, que la Florencia del Renacimiento apadrinó a Botticelli, Miguel Angel y Leonardo, entre otros.
En el siglo XX ha habido figuras como Rockefeller, Rothschild, Guggenheim, Thyssen, Carnegie… que fomentaron el conocimiento y el talento en todas sus formas.
En nuestros días, la Fundación Bill y Melinda Gates tiene una dotación de 40.000 millones de dólares para causas sociales.
Aquí, Amancio Ortega donó 300 millones para la lucha contra el cáncer y parte de la opinión pública aprovechó para acometer contra él.
En el ámbito educativo, hay que irse al puesto 150 de la mejores universidades del mundo para encontrar una española. En los planes de estudio, se suprime la filosofía y de la enseñanza de la historia ha desparecido cualquier cosa anterior al siglo XIX.
En buena parte por eso tenemos el papel en la transformación del mundo que tenemos. Y, por tanto, tenemos filantropía que nos merecemos, nacional e internacional.
El mundo de las donaciones filantrópicas internacionales relacionadas con las grandes causas de la humanidad es incipiente en España. En todos sus ángulos: del educativo al cultural, pasando por el investigador, el artístico, el medioambiental, el de la salud, el humanitario o el económico. Y las fundaciones españolas apenas consiguen fondos en otros países, pero ese es otro tema por ahora.
Por eso hay que seguir impulsando la idea de que la filantropía internacional abre nuevos horizontes para el desarrollo humano, y creando curiosidad y proactividad por mejorar el futuro entre todos. Desde una perspectiva global, nuestra cultura latina debería ser muy complementaria a la anglosajona, que lleva unos años de ventaja. Y como los ciclos de la historia del hombre son largos, siempre estamos a tiempo.
Sobre la actividad de Empresa&Sociedad en FILANTROPÍA internacional